Este docudrama pretende dar respuesta a estas y otras preguntas, ahondando en los distintos aspectos de la posesión diabólica y del exorcismo, y mostrando tanto su desarrollo como su significado.
La película, que incluye también algunas intervenciones del padre Gabriele Amorth, cuenta con el patrocinio de Asociación Internacional de Exorcistas, y se distingue como la única producción que cuenta con la aprobación oficial de esta importante asociación reconocida por el Vaticano.