Monseñor Óscar Romero dijo la verdad en un país, El Salvador, desgarrado por la injusticia social. Se levantó por los derechos humanos en una era de violencia extrema y tortura. Pero la brutal dictadura optó por no escuchar y fue asesinado por sus creencias. Su nombre fue Óscar Romero, Arzobispo de El Salvador. Y ésta es su valiente – y verdadera – historia.
“Que mi sangre sea semilla de Libertad” (Oscar Romero)
“Mi voz desaparecerá pero mi palabra, que es Cristo, quedará en los corazones” (Oscar Romero)