En lo alto del Círculo Polar Ártico en la ciudad de Tromso, Noruega, una nueva comunidad de hermanas carmelitas recientemente recibió permiso para abrir un convento. El obispo católico local, preocupado por la alta tasa de abortos en esta área (la más alta de Europa) ha solicitado su presencia para rezar por la vida y ofrecer su apoyo espiritual a la comunidad.