Cuenta la historia de un samaritano, que a pesar de ser despreciado por los habitantes del pueblo, ayudó sin esperar nada a cambio a un hombre al borde del camino que fue asaltado y herido por unos maleantes. En este capítulo se abarca el tema de la caridad universal, el respeto a la dignidad humana, la tolerancia o apertura frente a personas procedentes de otras culturas, por encima de todo sentimiento xenofóbico, etnocéntrico o nacionalista, evocando la generosidad y caridad como invitación a comprometerse firmemente con la situación del que sufre o es vulnerable.