Cuenta la historia de un hombre que dio a tres de sus trabajadores una cantidad de dinero de acuerdo con sus posibilidades y habilidades con el objetivo de que administraran y manejaran sus negocios mientras regresaba de un largo viaje. Natán, un empleado perezoso y holgazán, no aprovechó los talentos que le fueron dados y los enterró bajo tierra. Este capítulo nos ofrece una enseñanza sobre el autoconocimiento, el esfuerzo, la lealtad y la responsabilidad.