La película nos traslada a una época oscura de la Alta Edad Media. El centro de la historia es un acontecimiento milagroso de santa intervención e intercesión de la Madre de Dios en favor del pueblo ruso. Santa María inspiró a dos personajes principales de la película, el joven princesa Mikhail y su sirviente Simeón. Mikhail, salvando a su ciudad y a sus habitantes, se convirtió voluntariamente en rehén de la corte del Khan. Sin embargo, Simeón se abstuvo de seguir a su amo en cautiverio. Voló de Mijail y de su pueblo en su gran hora de necesidad. Pero Simeón no escapó del cautiverio tártaro. Aquí los héroes se encuentran de nuevo en circunstancias dramáticas. La transformación espiritual de Simeón se convierte en el leitmotiv de la película.