Papa Francisco – Agosto 2020
La vida del marinero, del pescador y la de sus familias, es muy dura.
A veces está marcada por el trabajo forzado o por ser abandonados en puertos lejanos.
Además la competencia de la pesca industrial y la contaminación, hacen su trabajo todavía más complicado.
Sin la gente de mar muchas partes del mundo sufrirían hambre.
Recemos por todas las personas que trabajan y viven del mar, entre ellos los marineros, los pescadores y sus familias.